jueves, 18 de junio de 2015

MARIANO SILVA Y ACEBES

Mariano Silva y Aceves (1887-1937) nació en La Piedad de Cabadas, Michoacán. Estudió bachillerato en el Co­legio de San Nicolás de Morelia. Allí aprendió latín y griego. El año 1907 llegó a México para ingresar en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, donde conoció a otros estudiantes con los cuales integraría el Ateneo de la Juventud que conjuró a los intelectuales de la nueva hornada. Conocían varios idiomas y sacrificaban en aras de una frase atinada. Descubrieron filósofos estimulantes, comulgaron con Platón. Algunos se aficionaron a Walter Pater. Todos leyeron a Bergson, Boatroux, James, Croce, Kant, Shopenhauer, y así compartieron una cultura que había manado de las mismas fuentes. En el arte literario no se limitaron a los franceses en boga, extendieron su mirada a los ingleses, a los españoles, a la antigüedad clásica reconocida como modelo.


Los primeros trabajos de Mariano Silva fueron traducciones de Prudencio y de otros poetas latinos y un Entremés de las Esquilas, imaginando conversaciones entre las estatuas de la catedral metropolitana. Ello le permitió ejercitarse en una especie de ensayo dialogado al gusto de los ateneístas. Colaboró en una revista curiosa, La Nave, cuyo sumario reunía los nombres más destacados, Henríquez Ureña, Cravioto, González Martínez, y cuya edición se debió a Pablo Martínez del Río, aristócrata adinerado, que en tiempos de crisis importó papel de los Estados Unidos y desembolsó cinco mil pesos para imprimir una carabela encallada en la soledad de su único número como en un banco de arena. El editor vendió a quien pudo los restos del naufragio y en papel de La nave sacó Mariano Silva su primer volumen, Arquilla de marfil, 1916, dividido en cuatro secciones: cuentos, personajes, estampas y manuscritos. Marcaba desde entonces los géneros adecuados a su sensibilidad. Tomaba la estafeta del colonialismo y lo sometía a la renovación. Sabía que un narrador precisa encontrar la frase inicial para introducir en el tema sin mayores preámbulos, buscaba la sintaxis bien construida y esmerada, el adjetivo justo, introdujo el final abierto, y se destacó como espléndido creador de atmósferas, cosa comprobable con la lectura de “El sillón”.

Esposo a buena edad, padre de cuatro hijos, Mariano Silva dejó obra relativamente escasa. José Vasconcelos lo definió como el latinista que por culto a la perfección apenas osaba escribir. Pertenecía a la raza de escritores que trabajan paciente y sabiamente. En 1919 publicó un relato fragmentado en nueve cuadros, Cara de virgen, de los cuales los mejores son el primero y el último. Tomaba un tema novedoso en el momento: la defensa y preservación artística, resultado de paseos arqueológicos acompañado por Jesús T. Acevedo. Las reflexiones ante los edificios citadinos y los retablos barrocos quedaron además en Animula, 1920, y lo corroboran “Un altar dorado” y “El cielo de una calle”.

CINÉMA FRANCAIS

A la fin du XIXe siècle, pendant les premières années du cinéma, la France était un pionnier à plusieurs égards. Les frères Lumière inventèrent le cinématographe et sa projection de L'Arrivée d'gare de l'ONU gare de La Ciotat à Paris en 1895 est considéré par de nombreux historiens comme la naissance officielle de cine.Otras individus et des organisations dans cette période incluent Léon Gaumont et Pathé. Alice Guy Blaché était l'un des pionniers du cinéma. Il réalise son premier film en 1896, La Fée aux Choux, et était responsable de la production chez Gaumont (1897-1906), où il a fait un total d'environ 400 films.

Sa carrière se poursuit aux États-Unidos.Empezando en 1935, le célèbre dramaturge et acteur Sacha Guitry réalise son premier film. Il a fait plus de 30 films qui sont considérés comme le précurseur de la «nouvelle vague» .En 1937, Jean Renoir, le fils du célèbre peintre Pierre-Auguste Renoir, dirigé ce que beaucoup considèrent comme son premier chef-d'œuvre, La Grande Illusion. En 1939, Renoir dirigé Les Règles du Jeu (La Règle du jeu).

Plusieurs critiques de cinéma ont cité ce film comme l'un des meilleurs de tous tiempos.En 2001, après un bref passage à Hollywood avec le quatrième Alien film (Alien: Resurrection), Jeunet revient en France avec Amélie (Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain), avec Audrey Tautou et Mathieu .